Un nuevo plan de reestructuración promete devolver hasta 16 mil millones de dólares a los afectados por el colapso de FTX, marcando un posible final a una de las quiebras más notorias en la historia de las criptomonedas.

Tras el dramático colapso del intercambio de criptomonedas FTX y la condena de su cofundador Sam Bankman-Fried (SBF), un nuevo plan de reestructuración ha sido anunciado, el cual pretende compensar a los inversores y clientes afectados. Los abogados de quiebras, que representan a los clientes perjudicados, han indicado que la mayoría de las víctimas no solo recuperarán el total de su inversión, sino que también recibirán un interés adicional.

El plan, que está aún sujeto a la aprobación de la corte de quiebras, estipula que el 98% de los acreedores de FTX recibirán el 118% del valor de los activos que tenían almacenados en la plataforma, mientras que el resto recibirán el 100% de su valor más compensaciones adicionales que suman «miles de millones». En total, se espera distribuir entre 14.5 y 16.3 mil millones de dólares, según los activos actualmente bajo control de varios entes incluyendo liquidadores y departamentos gubernamentales como la Securities Commission de las Bahamas y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

SBF, una vez una figura prominente en el mundo de las criptomonedas, fue declarado culpable de varios cargos incluyendo fraude y lavado de dinero, con fondos desaparecidos estimados en unos 8 mil millones de dólares. Después de la quiebra de FTX a finales de 2022, John J. Ray III fue nombrado CEO y encargado de la reestructuración de la empresa. Desde entonces, se han realizado esfuerzos significativos para rastrear y recuperar los fondos perdidos, incluyendo inversiones en bienes raíces, donaciones políticas e inversiones de capital riesgo.

Aunque la recuperación de los fondos es una buena noticia para los acreedores, estos no se beneficiarán del auge del Bitcoin y otras criptomonedas que ha ocurrido desde la quiebra de FTX. En el momento de su colapso, FTX reportó tener mucho menos Bitcoin y Ethereum de lo que los clientes creían poseer, y como tal, la apreciación en el valor de estos tokens no será realizada como parte de este acuerdo.

Este desarrollo representa un posible cierre a uno de los escándalos más grandes en la industria de las criptomonedas y podría establecer un precedente importante para cómo se manejan las quiebras y fraudes en este sector emergente en el futuro.