
Climeworks abre en Islandia una innovadora planta capaz de capturar 36.000 toneladas de CO2 al año, marcando un hito en la lucha contra el cambio climático. A pesar de su capacidad, la instalación representa solo una fracción de lo necesario para alcanzar la neutralidad de carbono global.
La start-up suiza Climeworks ha dado un paso gigante en el campo de la captura directa de carbono al poner en funcionamiento la planta más grande del mundo en esta tecnología, ubicada en Islandia. Nombrada «Mammoth», la planta cuenta con la capacidad de extraer 36.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) del aire cada año, casi diez veces más que su predecesora, Orca, también de Climeworks.
La instalación cuenta con 72 ventiladores industriales y se sitúa en un volcán inactivo, aprovechando su ubicación única cerca de la planta de energía geotérmica de Hellisheidi para operar de manera más sostenible. El CO2 capturado no se recicla; en cambio, se comprime y se inyecta 2.300 pies bajo tierra en basalto volcánico, donde se mineraliza permanentemente en forma de cristales sólidos.
Este método, aunque prometedor, es solo un inicio en la lucha contra el cambio climático. Según Jan Wurzbacher, fundador de Climeworks, para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, sería necesario eliminar entre seis y dieciséis mil millones de toneladas de CO2 al año. La capacidad de «Mammoth», aunque impresionante, solo constituye el 0,0006% de la cantidad mínima necesaria según estas estimaciones.
Climeworks no es la única que está explorando tecnologías para la captura de carbono. Desde bloques de piedra caliza que absorben CO2 hasta globos que congelan el compuesto, diferentes métodos están siendo probados a nivel mundial. La restauración de los bosques también se perfila como una solución viable, con empresas como Apple y Goldman Sachs invirtiendo en estos proyectos.
A nivel político, la administración de Biden en Estados Unidos ha comprometido recientemente 4 mil millones de dólares para impulsar esta industria, incluyendo 1.200 millones de dólares destinados a proyectos de gran escala. Además, el Departamento de Energía de EE. UU. ha lanzado el programa Disparo Negativo de Carbono para fomentar el desarrollo de estas tecnologías de manera económica.
La iniciativa de Climeworks es un paso crucial, pero como indica Wurzbacher, para realmente impactar en el cambio climático, se necesita una acción global coordinada y el apoyo de la voluntad política.
Descubre más desde TecnoAp21
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Categorías:Educación & Ciencia, Noticias, Salud & Bienestar, Secciones temáticas



2 respuestas »