
El acuerdo, de tres años, habilitará la generación de vídeos con personajes de Star Wars, Pixar y Marvel. La alianza marca un punto de inflexión para Hollywood en la adopción de la inteligencia artificial generativa.
The Walt Disney Company invertirá 1.000 millones de dólares en OpenAI y autorizará el uso de personajes emblemáticos de sus franquicias en Sora, la herramienta de generación de vídeo de la startup estadounidense. El acuerdo supone uno de los movimientos más importantes hasta la fecha en la convergencia entre grandes estudios y tecnologías de IA, abriendo un escenario en el que los contenidos audiovisuales podrían producirse y personalizarse de nuevas formas.
La compañía permitirá que personajes de universos como Star Wars, Pixar y Marvel aparezcan en vídeos generados por Sora, así como en imágenes creadas con ChatGPT Images. Entre los personajes licenciados se encuentran Mickey Mouse, Cenicienta o Mufasa, aunque el pacto excluye voces de actores y cualquier tipo de referencia alimentaria vinculada a marcas registradas.
Bob Iger, consejero delegado de Disney, subrayó que el objetivo es explorar nuevas posibilidades creativas sin comprometer los derechos de los creadores. “Ampliaremos de manera reflexiva y responsable el alcance de nuestra narración”, señaló.
Negociaciones discretas y una visión compartida
Las conversaciones entre Disney y OpenAI comenzaron hace años, cuando Bob Iger y Sam Altman exploraron formas de unir el poder narrativo del estudio con las capacidades emergentes de la IA generativa. Según fuentes conocedoras de las negociaciones, Disney tuvo acceso temprano a Sora e identificó un potencial significativo para nuevos formatos de contenido.
La estrategia ya había sido anticipada en una conferencia con inversores en noviembre, cuando Iger mencionó que Disney+ podría ofrecer herramientas para que los usuarios crearan contenido de vídeo corto basado en sus franquicias. Con este acuerdo, parte de esos vídeos generados por usuarios se integrarán en el catálogo de la plataforma, lo que abre la puerta a nuevos modelos de interacción y consumo.
Además de la licencia de personajes, el acuerdo otorga a Disney la opción de adquirir más participación en OpenAI, consolidando una relación estratégica que también afectará a procesos internos de producción, donde ChatGPT y otros modelos se usarán para tareas creativas y operativas.
Salvaguardas, tensiones laborales y el debate sobre la propiedad intelectual
El pacto incluye medidas para evitar que los personajes sean representados en entornos inapropiados o usos sensibles. Disney colaborará con OpenAI para establecer filtros y rieles de protección que garanticen un uso adecuado de sus propiedades intelectuales.
Sin embargo, la alianza no está exenta de controversia. La principal agencia de talentos de Hollywood ya había expresado su preocupación por los riesgos que la IA generativa representa para actores, guionistas y artistas. Analistas del sector anticipan una reacción de sindicatos y colectivos profesionales, aunque estiman que su capacidad para frenar la adopción de estas tecnologías será limitada.
El contexto legal también está en ebullición. Disney envió recientemente una carta de cese y desistimiento a Google por presunta infracción de derechos de autor y, junto a Universal, mantiene un litigio contra Midjourney por el uso no autorizado de sus personajes. La integración de Disney en Sora añade otra pieza al debate global sobre cómo se deben usar los materiales protegidos en modelos generativos.
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