El posible debut bursátil de la compañía espacial de Elon Musk podría superar el billón de dólares en valoración. Analistas e inversores ven una demanda excepcional, pero también riesgos elevados asociados al estilo de gestión del propio Musk.
La compañía de Elon Musk ha iniciado conversaciones con bancos para una OPI prevista para mediados de 2026. La operación buscaría recaudar más de 25.000 millones de dólares y convertir a SpaceX en una de las empresas públicas más valiosas del mundo.
El ascenso de la empresa china marca un punto de inflexión en la carrera global por los cohetes reutilizables. Su nuevo lanzador, Zhuque-3, sitúa a China frente a una oportunidad estratégica en el mercado espacial comercial.
La compañía afronta un retroceso en Europa, China y Estados Unidos, en un contexto de competencia creciente y una gama de modelos que muchos consideran estancada.
La Comisión Europea ha iniciado contactos formales con X para exigir medidas frente al contenido de discurso de odio generado por Grok, el chatbot de la plataforma, al considerar que algunas de sus respuestas son “espantosas” y contrarias a los valores fundamentales de derechos humanos que rigen en la Unión Europea.
El consejo directivo advierte que el futuro de la compañía podría estar en juego si el CEO abandona su puesto. El paquete, valorado en hasta 878 mil millones de dólares, reabre el debate sobre los límites del poder corporativo en Silicon Valley.
La presidenta Robyn Denholm insta a los accionistas a apoyar el paquete de compensación para retener a Musk al frente de Tesla. El plan, basado en rendimiento, incluye metas ligadas a la conducción autónoma y a una valoración de 8,5 billones de dólares.
La compañía no planea nuevos vehículos para humanos y centra su estrategia en la conducción autónoma y los robots. Los analistas advierten que depender del Model 3 y del Model Y podría frenar su crecimiento en un mercado cada vez más competitivo.
Las nuevas versiones de los vehículos eléctricos más populares de Tesla parten de 36.990 y 39.990 dólares, pero muchos las consideran demasiado caras para el mercado masivo. El movimiento busca impulsar las ventas tras la pérdida del crédito fiscal estadounidense y la creciente competencia de China y Europa.
La compañía de chips respaldará el proyecto de Musk con hasta 2.000 millones de dólares en capital. La operación incluye una compleja estructura de deuda ligada a los procesadores Nvidia que alimentarán el nuevo centro de datos Colossus 2.
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