
La decisión del presidente Joe Biden de restringir ciertas inversiones tecnológicas estadounidenses en China ha generado incertidumbre en los inversionistas, quienes temen que medidas más estrictas estén en el horizonte a medida que aumentan las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo.
En medio de un clima de relaciones deterioradas que se profundizó durante la administración de su predecesor, Donald Trump, los inversores de capital privado y riesgo de Estados Unidos ya habían ejercido cautela en tecnologías sensibles en China. La reciente orden ejecutiva de Biden, emitida el miércoles, tiene como objetivo evitar que la inversión y experiencia estadounidenses contribuyan a la modernización militar china y afecten la seguridad nacional, limitando específicamente nuevas inversiones en empresas chinas.
Sin embargo, se espera que estas restricciones no sean las últimas en endurecer el escrutinio de las inversiones estadounidenses en China. Analistas y negociadores señalan que el Congreso podría introducir legislación para ampliar estas restricciones en el futuro.
Las adquisiciones de empresas chinas por parte de compañías estadounidenses han caído casi un 60% este año, pasando de 8.800 millones de dólares a 3.500 millones de dólares, según datos de Dealogic. Esta tendencia refleja la creciente aversión al riesgo en medio de las crecientes tensiones y la represión regulatoria china.
La orden ejecutiva de Biden otorga autoridad al secretario del Tesoro para prohibir o restringir inversiones estadounidenses en compañías chinas en áreas clave como semiconductores, microelectrónica, tecnología cuántica y sistemas de inteligencia artificial. Esto, sumado a la posibilidad de futuras restricciones, ha llevado a algunos inversores a considerar esperar las reglas de implementación antes de tomar decisiones de inversión en estos sectores.
El impacto de estas medidas también se siente en el terreno de las transacciones en moneda. La depreciación de las adquisiciones tecnológicas refleja un cambio en la actitud de los fondos en dólares hacia la inversión en el sector tecnológico de China. La incertidumbre y las restricciones han llevado a algunos a buscar nuevas formas de inversión, incluido el yuan chino.
A pesar de estas restricciones, China mantiene su política abierta para atraer capital extranjero. A medida que se avecina una pausa en las inversiones de capital privado en China en diversos sectores, la nación asiática busca fortalecer sus capacidades tecnológicas nacionales en un esfuerzo por contrarrestar estas limitaciones.
Las tensiones tecnológicas entre China y Estados Unidos continúan, con ambas partes buscando proteger sus intereses y avanzar en sus respectivas agendas. Las implicaciones económicas y geopolíticas de estas medidas serán cruciales en la evolución de la relación entre estas dos potencias mundiales.
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