
En un movimiento audaz, TikTok impugna la tasa de supervisión impuesta por la Unión Europea, argumentando discrepancias y sumándose a Meta en el enfrentamiento legal. La tasa, que busca cubrir los costes de regulación, ha encendido el debate sobre la equidad y metodología de su cálculo.
La gigante de las redes sociales TikTok ha decidido tomar una postura firme contra la Unión Europea, impugnando la tasa de supervisión derivada de la Ley de Servicios Digitales (DSA) de la UE, que exige a las plataformas en línea de gran tamaño contribuir con el 0,05% de sus ingresos netos anuales a nivel mundial. Esta medida tiene como objetivo financiar los esfuerzos de los reguladores de la UE para asegurar el cumplimiento de las nuevas normativas europeas. Con este acto, TikTok sigue los pasos de Meta, convirtiéndose en la segunda gran firma tecnológica en desafiar abiertamente la decisión de la UE.
La controversia surge en un contexto donde 20 plataformas en línea de gran envergadura, incluyendo nombres prominentes como Google, Apple, y por supuesto, TikTok y Meta, además de dos motores de búsqueda significativos, están obligados a abonar esta tarifa anual. La determinación del importe de la tasa considera el promedio de usuarios activos mensuales de cada compañía y su rendimiento financiero en el año previo, evaluando si registraron ganancias o pérdidas.
TikTok ha expresado su descontento, señalando discrepancias en el cálculo de la tarifa: «No estamos de acuerdo con la tarifa y estamos apelando por varios motivos, incluido el uso de estimaciones erróneas de terceros de nuestro número de usuarios activos mensuales como base para calcular el monto total», declaró un portavoz de la empresa. Esta posición pone de manifiesto la complejidad y los desafíos inherentes a la regulación de gigantes tecnológicos con alcance global.
Desde la Comisión Europea, la respuesta ha sido tajante, defendiendo la solidez de su decisión y metodología. Un portavoz del ejecutivo de la UE afirmó: «Nuestra decisión y nuestra metodología son sólidas», asegurando además que todas las plataformas y motores de búsqueda relevantes habían cumplido con sus compromisos antes de la fecha límite del 31 de diciembre de 2023.
Este enfrentamiento legal no solo destaca las tensiones entre las grandes corporaciones tecnológicas y los reguladores europeos, sino que también plantea interrogantes sobre la viabilidad y justicia de las estrategias de financiamiento para la supervisión regulatoria. Mientras empresas como Amazon y X de Elon Musk, que registraron pérdidas en 2022, se ven exentas de la tarifa para 2023, la situación financiera de cada empresa juega un papel crucial en esta ecuación regulatoria.
Con las apelaciones de TikTok y Meta en proceso, la industria tecnológica y los observadores regulatorios aguardan con expectativa las resoluciones judiciales que podrían redefinir las reglas del juego en el equilibrio entre innovación, libertad empresarial y supervisión regulatoria en la era digital.
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