Representantes de Estados Unidos y China se reunirán en Ginebra para discutir las amenazas de seguridad vinculadas al uso de la inteligencia artificial. Washington espera compromisos firmes por parte de Beijing y Moscú respecto a la no utilización de IA en decisiones sobre armas nucleares.

En un esfuerzo por abordar las crecientes preocupaciones sobre la inteligencia artificial (IA) y su impacto en la seguridad global, representantes de Estados Unidos y China sostendrán una serie de reuniones en Ginebra. Estas conversaciones buscan establecer un marco común para el uso responsable de la IA, particularmente en contextos críticos como la toma de decisiones relacionadas con armamento nuclear.

Según fuentes del gobierno estadounidense, la administración de Joe Biden está interesada en obtener compromisos claros de China y, en menor medida, de Rusia, para no emplear la IA en decisiones que puedan involucrar armamento nuclear. Esta medida se considera crucial para evitar posibles escaladas involuntarias o malentendidos que podrían surgir del uso de tecnologías avanzadas en situaciones de alta tensión.

Las preocupaciones sobre el uso de la IA en el ámbito militar no son nuevas, pero han cobrado mayor relevancia a medida que estas tecnologías se han vuelto más sofisticadas y accesibles. Los expertos en seguridad destacan que la IA podría transformar la naturaleza de los conflictos armados, haciendo más difícil para los humanos prever y controlar los resultados de acciones militares automatizadas.

El encuentro en Ginebra es parte de una serie de esfuerzos diplomáticos más amplios que buscan regular la IA a nivel internacional. Además de la cuestión militar, los delegados discutirán otros riesgos asociados con la inteligencia artificial, como la manipulación de información, ciberataques y la protección de datos personales.

En paralelo a estas conversaciones, la Unión Europea también está avanzando en la creación de un marco regulatorio para la IA generativa, buscando equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos fundamentales y la seguridad de sus ciudadanos.

Estas iniciativas reflejan un creciente consenso sobre la necesidad de una gobernanza global de la inteligencia artificial, que asegure que su desarrollo y despliegue se realicen de manera ética y segura, minimizando los riesgos potenciales para la humanidad.