
Más de 300 estudiantes de secundaria se movilizan en el Congreso para oponerse a la Ley KOSA, que aún así es aprobada con una mayoría aplastante.
El pasado jueves, más de 300 estudiantes de secundaria se reunieron en el Capitolio para instar a los legisladores a votar en contra de la Ley de Seguridad Infantil en Internet (KOSA). A pesar de sus esfuerzos, la moción de clausura fue aprobada y, una semana después, la ley salió del Senado con 91 votos a favor y solo algunos en contra. El proyecto de ley, que cuenta con 70 copatrocinadores, ha sido un tema de controversia considerable.
Argumentos en contra.
Damarius Cantie, un estudiante de último año de Michigan, expresó la frustración común entre los jóvenes: «Los legisladores creen que los adolescentes ‘no saben qué es lo mejor para ellos’, pero creo que muchas veces lo sabemos». La Ley KOSA y la Ley de Protección de la Privacidad Infantil y Adolescente en Internet (COPPA 2.0) impondrían nuevas responsabilidades a las plataformas tecnológicas en relación con los menores. Sin embargo, estos estudiantes argumentan que tales restricciones podrían hacer más daño que bien, limitando su acceso a información crucial y su capacidad para compartir experiencias personales.
Anjali Verma, una estudiante de último año de Pensilvania, criticó la percepción que los legisladores tienen de su generación: «Nos tomamos la información en línea con pinzas y somos capaces de evaluar las fuentes y pensar críticamente». Shradha Bista, otra estudiante de último año de Maryland, teme que la protección excesiva deje a los jóvenes sin preparación para la vida adulta en un mundo digital.
Perspectiva de los padres y los defensores.
Por otro lado, la KOSA ha recibido un apoyo significativo por parte de los padres que han perdido a sus hijos debido al ciberacoso y otros daños en línea. Estos padres creen que la ley impondrá un «deber de cuidado» a las plataformas tecnológicas, obligándolas a tomar medidas razonables para proteger a los niños de diversos peligros como el acoso cibernético y los trastornos alimentarios.
Críticas de la ACLU y grupos de libertades civiles.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) se ha opuesto abiertamente al proyecto de ley, argumentando que podría reprimir la libertad de expresión en Internet y poner en peligro a los grupos marginados. La ACLU llevó a los estudiantes al Capitolio como parte del Instituto Nacional de Defensa de la Justicia, un programa destinado a jóvenes interesados en la justicia social.
Lux Matt, una estudiante transgénero de Luisiana, destacó la importancia de Internet para los adolescentes LGBTQ: «Algunos de esos estudiantes [LGBTQ], [Internet] es su único lugar para ser ellos mismos». La ACLU y otros grupos temen que la KOSA podría dificultar que estos jóvenes accedan a comunidades de apoyo en línea.
Implicaciones de la ley.
La KOSA es una rara pieza de legislación bipartidista con un amplio apoyo de ambos partidos. Sin embargo, la política de identidad sigue siendo un tema divisivo. La senadora Marsha Blackburn, una de las principales copatrocinadoras, ha vinculado la seguridad de los niños en Internet con la protección contra la «cultura transgénero». A pesar de las modificaciones para apaciguar a grupos como GLAAD, las preocupaciones sobre la aplicación ideológica de la ley persisten.
Los estudiantes que se opusieron a la KOSA no creen que Internet sea un lugar perfecto, pero sienten que las restricciones excesivas no son la solución. Prefieren un enfoque que equilibre la protección con la libertad de información, permitiéndoles acceder a recursos valiosos y prepararse adecuadamente para la vida adulta.
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