Un estudio revela que Rusia y China son los principales orígenes de los ataques. El ransomware y el espionaje digital están detrás del aumento de daños en empresas de todos los tamaños.

La economía alemana sufrió pérdidas de casi 300.000 millones de euros en 2023 como consecuencia de ciberataques, según un informe de la asociación tecnológica Bitkom. La encuesta, realizada a más de 1.000 empresas, muestra que el impacto económico del cibercrimen y el ciberespionaje se ha disparado en el contexto de la creciente tensión geopolítica global.

Casi la mitad de las compañías que pudieron rastrear el origen de los ataques señalaron a Rusia y China, mientras que cerca de una cuarta parte atribuyó los incidentes a otros países de la Unión Europea o Estados Unidos. “La pista se dirige de forma relativamente clara e inequívoca hacia el este, con dos países a la cabeza: Rusia y China”, afirmó Ralf Wintergerst, presidente de Bitkom.

El tipo de ataque más dañino fue el ransomware, con un 34% de las empresas encuestadas reportando haber sido víctimas, frente al 12% en 2022. Este incremento refleja la creciente profesionalización de los grupos criminales y la difuminación de las líneas entre ciberdelincuencia y ciberespionaje. De hecho, Sinan Selen, subdirector del servicio de inteligencia interior alemán (BfV), explicó que actores estatales están comprando credenciales robadas en la dark web a grupos privados para explotarlas en operaciones de espionaje o sabotaje.

El estudio también advierte de la vulnerabilidad de las pequeñas y medianas empresas, que representan la columna vertebral de la economía alemana, pero que carecen de los mismos recursos de defensa cibernética que las grandes corporaciones. Muchas de ellas se han visto obligadas a pagar rescates o afrontar pérdidas de producción y costes legales que amenazan su viabilidad.

En total, los daños reportados por las compañías alcanzaron 289.200 millones de euros, principalmente derivados de pérdidas de producción y robos de información, aunque también incluyen gastos en procesos legales y en medidas de remediación. Además de Rusia y China, países como Irán y Corea del Norte también figuran entre las principales fuentes de ciberataques contra Alemania.

El panorama descrito por Bitkom refleja un cambio estructural: el ciberespacio se ha convertido en un campo de batalla clave dentro de la competencia internacional, donde los ataques combinan fines económicos, criminales y estratégicos. Para Alemania, uno de los motores industriales de Europa, el desafío de reforzar su ciberseguridad es ya una cuestión de competitividad y seguridad nacional.