El fundador de Spotify se aparta de la gestión diaria para enfocarse en la visión a largo plazo. La compañía adopta un modelo de co-CEO mientras enfrenta una feroz competencia global.

Daniel Ek, fundador y hasta ahora CEO de Spotify, dejará el cargo en enero para convertirse en presidente ejecutivo. La decisión marca un punto de inflexión en la historia de la empresa sueca de streaming musical, que se ha consolidado como líder mundial con casi 700 millones de usuarios mensuales. Ek, que ha guiado a la compañía desde su fundación en 2006, se enfocará en la asignación de capital y la estrategia corporativa de largo plazo, alejándose de la gestión diaria.

En su nuevo rol, Ek aseguró que “será más activo que un presidente típico en Estados Unidos, más parecido a un entrenador que guía al equipo”, reflejando lo que describió como un modelo de gobernanza de estilo europeo.

El modelo de co-CEO y sus implicaciones

Spotify anunció que Gustav Soderstrom, actual director de productos y tecnología, y Alex Norstrom, director comercial, asumirán como co-CEOs. Ambos cuentan con más de 15 años de experiencia en la empresa y han trabajado estrechamente con Ek. La compañía confía en que esta fórmula permitirá gestionar mejor las operaciones globales, cada vez más complejas por la expansión hacia podcasts, audiolibros y nuevas modalidades publicitarias.

Sin embargo, no todos los analistas ven con buenos ojos la decisión. “La gran incógnita es por qué Spotify necesita un presidente ejecutivo y dos directores generales; demasiados cocineros pueden arruinar el caldo”, señaló Dan Coatsworth, de AJ Bell. Modelos similares en empresas como Netflix y Oracle han demostrado tanto beneficios de agilidad como riesgos de confusión en la toma de decisiones.

Un gigante en un mercado competitivo

Spotify mantiene una clara ventaja frente a sus competidores: supera en suscriptores a Apple Music, con cerca de 90 millones, y continúa dominando en catálogo musical con más de 100 millones de canciones. No obstante, enfrenta la presión del ecosistema de YouTube Music y de la integración de Amazon Music con los servicios Prime, que ofrecen ventajas estratégicas en ciertos mercados.

El desafío de rentabilidad sigue presente: aunque la empresa alcanzó su primer beneficio anual en 2024, tras años de pérdidas, los márgenes continúan siendo ajustados debido a las demandas de mayores pagos por parte de los artistas y al crecimiento del nivel gratuito financiado con publicidad.

De startup sueca a referente mundial

Desde su fundación en 2006 en Estocolmo, Spotify ha transformado la industria musical, que atravesaba una crisis marcada por la piratería y la caída de ventas de CD. Su llegada a Estados Unidos en 2011 coincidió con el desplome de los ingresos musicales globales, pero la compañía logró revertir la tendencia y convertirse en motor de crecimiento del sector.

El Informe Mundial de la IFPI muestra que el streaming superó los 20.000 millones de dólares en ingresos en 2024, representando más de la mitad del total de la música grabada a nivel global. Spotify, pionero en ese modelo, ha sido una de las grandes fuerzas detrás de esta transformación.

Perspectivas a futuro

El paso de Ek al plano estratégico refleja la intención de Spotify de reforzar su visión a largo plazo en un entorno cada vez más competitivo y regulado. Para algunos analistas, la compañía enfrenta el reto de equilibrar la innovación con una rentabilidad sostenible, mientras que su fundador apuesta por consolidar el papel de Europa en el mapa tecnológico global frente a los gigantes de Silicon Valley.