El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado a Google de utilizar métodos ilegales para inflar los precios de la publicidad en línea. Adam Juda, un ejecutivo de Google, testificó en un juicio antimonopolio en Washington, defendiendo las prácticas de la compañía en la subasta de anuncios en línea.

Detalles del juicio.

El juicio, que se lleva a cabo en Washington, es parte de una serie de investigaciones antimonopolio contra Google. El Departamento de Justicia ha acusado a la empresa de manipular las subastas en línea para favorecer su propio resultado final. Adam Juda, quien testificó el martes y miércoles, explicó que Google utiliza una fórmula que incluye la calidad de un anuncio para decidir quién gana las subastas.

David Dahlquist, abogado del Departamento de Justicia, interrogó a Juda sobre un documento que Google había preparado para la Unión Europea. El documento afirmaba que Google podría «afectar directamente a los precios a través de la sintonización de nuestros mecanismos de subasta». Aunque Juda inicialmente negó esta afirmación, más tarde admitió que el «ajuste» podría afectar los precios.

Fórmula de valor a largo plazo (LTV).

Juda también habló sobre una fórmula que asigna un Valor a Largo Plazo (LTV, por sus siglas en inglés) a un anuncio, basado en varios factores como la oferta dada, la tasa de clics potencial y la calidad del anuncio y el sitio web asociado. Cuando se le preguntó si habían introducido cambios que aumentaran el costo por clic que los anunciantes pagan, Juda respondió: «Creo que es justo».

Wendy Waszmer, abogada de Google, preguntó a Juda si había formas en que su equipo pudiera aumentar unilateralmente los precios de los anuncios. Juda negó tal posibilidad, lo que añade otra capa de complejidad al caso.

El negocio de publicidad de Google ha sido objeto de críticas tanto por parte de anunciantes como de editores de sitios web por su falta de transparencia. Este juicio representa un cambio en el enfoque de las investigaciones anteriores, que se habían centrado en los miles de millones que Google ha gastado para mantener su motor de búsqueda como el predeterminado en dispositivos móviles y otros dispositivos.

El juicio en curso podría tener implicaciones significativas para Google y para la industria de la publicidad en línea en general. La acusación del Departamento de Justicia pone de relieve las preocupaciones sobre las prácticas anticompetitivas en un mercado dominado por unos pocos gigantes tecnológicos.