La industria del entretenimiento de Hollywood se enfrenta a desafíos continuos, marcados por un desacuerdo persistente entre los actores y los estudios en cuanto al uso de la inteligencia artificial (IA) y otros asuntos clave. La huelga que ha durado 111 días aún no encuentra resolución, con el sindicato de actores, SAG-AFTRA, anunciando que las conversaciones con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) no han logrado atender todas las preocupaciones.

SAG-AFTRA, que representa los intereses de actores y actrices frente a entidades como Netflix y Walt Disney, presentó una propuesta revisada sobre el uso de IA, tras una reunión que se extendió por más de tres horas. El sindicato está luchando por establecer límites claros respecto a cómo los estudios pueden emplear la tecnología de IA, en especial la que permite generar contenido, por temor a que pueda llegar a reemplazar a actores reales o utilizar sus imágenes sin consentimiento.

Además del uso de la IA, hay otros temas pendientes de discusión. SAG-AFTRA espera que la AMPTP responda a una propuesta integral que el sindicato había presentado previamente, abarcando una serie de cuestiones aún sin resolver.

La AMPTP, hasta el momento de la declaración, no había emitido comentarios en respuesta a las últimas comunicaciones del sindicato.

SAG-AFTRA inició la huelga a mediados de julio, poniendo sobre la mesa demandas de mejoras salariales y otros beneficios. Los actores han estado manifestándose en las oficinas de los estudios en Nueva York y Los Ángeles, y el sindicato destacó la importancia del apoyo y la solidaridad mostrados, tanto en las líneas de piquete como en las redes sociales.

Este conflicto no es aislado. Los escritores de guiones también se habían retirado de sus trabajos este año, buscando protecciones frente al avance de la IA y una compensación justa en el contexto de la expansión de la televisión por streaming. Finalmente, lograron un acuerdo con la AMPTP a finales de septiembre.

Las huelgas han tenido un efecto significativo, paralizando la mayoría de la producción con guion en los Estados Unidos, dejando a miles de trabajadores de la industria sin empleo y ocasionando pérdidas económicas estimadas en al menos 6 mil millones de dólares para la economía de California, de acuerdo con cifras del Instituto Milken.