Una medida de cumplimiento podría convertirse en un problema antimonopolio para el gigante tecnológico. Apple se enfrenta a un escrutinio en Europa tras restringir el uso de aplicaciones web en iOS.

La reciente decisión de Apple de bloquear aplicaciones web en Europa, bajo la premisa de cumplir con la legislación antimonopolio, ha desencadenado una serie de eventos que podrían llevar a la compañía a enfrentarse a una nueva investigación por parte de las autoridades de competencia de la Unión. Europea. Este giro de los acontecimientos marca un momento crucial en la relación entre el gigante tecnológico y las regulaciones europeas, poniendo en tela de juicio las prácticas de Apple y su impacto en el ecosistema digital.

Desde la introducción del iPhone en 2007, las aplicaciones web progresivas (PWA) han jugado un papel fundamental en el desarrollo y la distribución de aplicaciones. Inicialmente, estas aplicaciones representaban la única manera en que los desarrolladores externos podían lanzar aplicaciones para el iPhone, recibiendo en su momento el respaldo de Steve Jobs, quien destacó su capacidad para integrarse perfectamente con los servicios del iPhone sin necesidad de un SDK.

Sin embargo, con el tiempo, Apple cambió su enfoque hacia las aplicaciones nativas, argumentando que ofrecían una experiencia de usuario superior. A pesar de este cambio, las PWA se mantuvieron como una alternativa importante para los desarrolladores que buscaban evitar el control monopólico de la App Store sobre las aplicaciones de iPhone.

La controversia surge con la implementación de la versión iOS 17.4 en Europa, donde Apple ha limitado el uso de estas aplicaciones web, argumentando que esta medida busca cumplir con la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la UE. Sin embargo, esta interpretación ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos sectores, quienes ven en esta acción un intento de Apple por limitar la competencia y controlar aún más el mercado de aplicaciones.

El Financial Times ha reportado que la Unión Europea ya está tomando pasos hacia una investigación formal sobre Apple, centrando su atención en el impacto que esta decisión podría tener en los desarrolladores y en la competencia dentro del mercado digital. Este movimiento de la UE se percibe como el preludio de una investigación en profundidad que podría tener importantes repercusiones para Apple y para el futuro de las aplicaciones web en Europa.

Mientras tanto, Apple se ha mantenido firme en su posición, argumentando que la medida afectará a un número limitado de usuarios y desarrolladores, y subrayando su compromiso con el cumplimiento de la DMA. No obstante, la situación sugiere que el debate sobre las prácticas antimonopolio y el control del mercado de aplicaciones está lejos de concluir, pudiendo eventualmente desembocar en acciones legales que definirán el panorama de la tecnología y la innovación en Europa.