
La administración Biden se prepara para anunciar un subsidio de hasta 6.600 millones de dólares a Samsung para su expansión en Texas, en un esfuerzo por fortalecer la producción nacional de semiconductores.
En un movimiento estratégico para reforzar la producción de semiconductores en territorio estadounidense, la administración Biden se dispone a conceder más de 6.000 millones de dólares en subsidios a Samsung Electronics. Este fondo se destinará a la expansión de la capacidad de fabricación de la empresa surcoreana en Taylor, Texas, marcando un hito en la política industrial de los Estados Unidos y en la colaboración internacional en el sector tecnológico.
La secretaria del Departamento de Comercio, Gina Raimondo, será la encargada de revelar los detalles de este subsidio, que se destinará a la construcción de cuatro nuevas instalaciones en Taylor. Estas incluyen una planta de fabricación de chips de 17.000 millones de dólares ya anunciada por Samsung en 2021, otra fábrica, una instalación de embalaje avanzado y un centro de investigación y desarrollo. Además, se contempla una inversión en otra ubicación aún no revelada, lo que llevará la inversión total de Samsung en los Estados Unidos a más de 44 mil millones de dólares.
Este anuncio se produce en un momento crítico para la industria de semiconductores, con la Ley de Chips y Ciencia impulsada en 2022 por el Congreso estadounidense, que asigna 52.700 millones de dólares en subsidios para la investigación y la fabricación de semiconductores. La iniciativa busca revitalizar la industria de semiconductores en los EE. UU., reduciendo la dependencia del país de la fabricación extranjera, particularmente de China y Taiwán. La capacidad de manufactura de semiconductores en los EE. UU. ha caído del 37% en 1990 al 12% en 2020, una tendencia que el gobierno de Biden espera revertir con medidas como esta.
La expansión de Samsung en Texas, un estado tradicionalmente republicano, subraya la importancia de la industria de semiconductores más allá de las consideraciones políticas partidistas y refleja un compromiso compartido por fortalecer la infraestructura tecnológica crítica del país. Aunque la expansión de Samsung en Texas es menos probable que influya directamente en el apoyo electoral a Biden, contrasta con las inversiones de TSMC y Intel en Arizona, un estado clave en las elecciones.
Este subsidio no solo simboliza un fuerte impulso para la industria de semiconductores en los Estados Unidos, sino que también destaca la cooperación internacional entre EE. UU. y Corea del Sur, reafirmando el papel central de la tecnología y la innovación en la economía global y en la seguridad nacional.
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