El presidente ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, junto con altos ejecutivos de la compañía, presentará a finales de este mes un plan detallado al directorio de Intel que tiene como objetivo deshacerse de activos innecesarios y reducir significativamente los costos.

Esta estrategia es parte de un esfuerzo más amplio para revitalizar la posición de Intel en el competitivo mercado de los semiconductores, según una fuente familiarizada con el asunto.Gelsinger y su equipo de liderazgo están preparando una serie de propuestas que se centran en la venta de unidades de negocio no esenciales, incluido su segmento de chips programables Altera.

Esta unidad, que alguna vez fue una de las joyas en la corona de Intel, ya no es financieramente viable en el contexto de las actuales ganancias de la compañía. La fuente indicó que la presentación de este plan se realizará en una reunión de la junta directiva programada para mediados de septiembre.

Este informe marca la primera vez que se detallan públicamente los planes de Gelsinger para reestructurar la compañía, reflejando la presión interna y externa para que Intel recupere su dominio en la industria. La compañía ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, incluyendo la pérdida de cuota de mercado frente a rivales como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) y Samsung, así como retrasos en sus propios procesos de fabricación de chips.

Sin planes inmediatos para vender la división de fabricación.

A pesar de los rumores y la especulación en la industria, la propuesta actual de Gelsinger no incluye planes para dividir y vender la operación de fabricación por contrato de Intel, conocida como su negocio de fundición. Según la fuente y otra persona familiarizada con el asunto, aunque la posibilidad de una venta ha sido discutida en el pasado, no forma parte del plan que se presentará en esta próxima reunión de la junta.

Intel ya ha tomado medidas para separar su negocio de fundición del negocio de diseño de chips, reportando sus resultados financieros de manera independiente desde el primer trimestre del año. Además, la empresa ha implementado un «muro» entre estas divisiones para proteger la confidencialidad de los clientes de su negocio de fundición, asegurando que los secretos tecnológicos de estos clientes no se filtren a los equipos de diseño de Intel.

Una reestructuración necesaria para el futuro de Intel.

La reestructuración que Gelsinger presentará ante la junta directiva refleja una necesidad urgente de alinear las operaciones de Intel con la realidad económica actual. Con la venta de activos clave y la reducción de costos, Gelsinger espera liberar capital que puede ser reinvertido en áreas estratégicas de crecimiento, como el desarrollo de nuevos chips y la expansión de su capacidad de fabricación en tecnología avanzada.

El resultado de esta reunión y las decisiones que tome la junta directiva serán cruciales para el futuro de Intel. La compañía, que alguna vez dominó el mercado global de semiconductores, se enfrenta a un entorno de competencia feroz y a la necesidad de innovar rápidamente para mantener su relevancia en la industria.

Con la presentación de este plan, Gelsinger no solo busca reducir costos, sino también posicionar a Intel para una nueva era de crecimiento y competitividad en el mercado global de semiconductores. La reacción de la junta directiva y las decisiones que se tomen en las próximas semanas podrían definir el rumbo de la empresa para los próximos años.