
General Motors abandona el negocio de los robotaxis comerciales y absorbe a Cruise, su filial de vehículos autónomos. La reestructuración busca centrarse en vehículos personales autónomos y reducir costes.
General Motors (GM) descubrió a la industria automotriz al anunciar que ya no financiará el desarrollo de su negocio de robotaxis comerciales. En su lugar, absorberá a Cruise, su filial de vehículos autónomos, para integrarla en un plan centrado en el desarrollo de sistemas de asistencia al conductor y, a largo plazo, vehículos personales completamente autónomos. La decisión marca un cambio radical en la estrategia de GM, que adquirió Cruise en 2016 por 1.000 millones de dólares y ha invertido más de 10.000 millones de dólares en sus operaciones.
La reestructuración permitirá a GM ahorrar más de 1.000 millones de dólares anuales una vez completada, algo que la compañía espera lograr para la primera mitad de 2025. Según GM, la decisión se debe al tiempo y recursos necesarios para ampliar el negocio de robotaxis en un mercado cada vez más competitivo.
El vicepresidente sénior de Ingeniería de Software y Servicios de GM, Dave Richardson, liderará este cambio estratégico. Richardson subrayó la importancia de un enfoque progresivo y señaló que los esfuerzos se centrarán en mejorar el sistema de asistencia al conductor Super Cruise, con el objetivo de convertirlo en un sistema de manos libres avanzado. Este enfoque, clasificado como tecnología de Nivel 3, se centra en vehículos que requieren la intervención del conductor en ciertas circunstancias, lejos de los objetivos de autonomía total que Cruise había perseguido.
Sorpresa e incertidumbre en Cruise.
El anuncio dejó a los empleados de Cruise sorprendidos. Según fuentes internas, muchos de ellos se enteraron de la decisión a través de un mensaje en Slack y una reunión posterior que fue calificada como insatisfactoria por algunos trabajadores. Aunque se les asegura que la tecnología de Cruise «seguirá viva» dentro de GM, la falta de detalles sobre posibles despidos ha generado preocupación, especialmente entre aquellos no relacionados con ingeniería o directamente involucrados en operaciones de robotaxis.
Cruise se había enfrentado a presiones para comercializar sus robotaxis durante años. Aunque obtuvo permisos para operar en San Francisco en 2023, un incidente en octubre de ese año, donde un peatón quedó atrapado debajo de uno de sus vehículos, provocó la suspensión de sus permisos en California. Esto, junto con los desafíos regulatorios y el alto costo de desarrollo, hizo inviable continuar con la estrategia original.
Un futuro con autonomía progresiva.
En el futuro, GM planea utilizar las tecnologías desarrolladas por Cruise para integrar capacidades autónomas en millones de vehículos personales. Aunque esto implica abandonar la idea de un servicio comercial de robotaxis, la compañía cree que este enfoque incremental permitirá una adopción más práctica y rentable de la tecnología autónoma. A pesar del cambio de rumbo, GM reafirmó su compromiso con la innovación, asegurando que la experiencia adquirida por Cruise no será desperdiciada.
La decisión de absorber a Cruise también refleja una tendencia más amplia en la industria, donde empresas como Waymo y Uber han enfrentado desafíos similares para comercializar vehículos autónomos en un entorno regulatorio complejo y competitivo. Aunque el camino hacia la autonomía total parece más largo de lo esperado, GM se posiciona para liderar un enfoque que prioriza la eficiencia y la integración gradual de estas tecnologías en el mercado.
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Categorías:Movilidad eléctrica, Noticias


