
La denuncia, presentada por un investigador tecnológico y una organización de derechos humanos, acusa a la compañía de grabar conversaciones sin consentimiento. Apple defiende sus políticas de privacidad y asegura que reforzó los controles de Siri en 2019 y nuevamente este año.
Los fiscales franceses han abierto una investigación penal contra Apple por presuntas prácticas ilegales de recopilación de datos a través de su asistente de voz Siri, tras recibir una denuncia que apunta a posibles violaciones de la privacidad de los usuarios. La investigación, confirmada el lunes por la Fiscalía de París, ha sido encomendada a la Brigada Central de Delitos Cibernéticos (BL2C), especializada en delitos digitales y tecnológicos.
La denuncia fue presentada por la organización francesa Ligue des Droits de l’Homme (LDH) y respaldada por el investigador tecnológico Thomas Le Bonniec, quien afirma haber sido testigo de prácticas de grabación y análisis de conversaciones sin consentimiento explícito de los usuarios. Según Le Bonniec, el caso pone de manifiesto “una vulneración sistemática del derecho a la privacidad” en nombre de la mejora de los sistemas de reconocimiento de voz.
La denuncia: grabaciones sin permiso
La LDH acusa a Apple de grabar, almacenar y analizar interacciones de voz con Siri sin la autorización de los usuarios, prácticas que —según la denuncia— vulneran las leyes francesas y europeas de protección de datos personales. Estas acusaciones recuerdan a las investigaciones abiertas en años recientes contra Amazon, Google y Meta por cuestiones similares vinculadas a la recopilación de datos mediante asistentes digitales y dispositivos inteligentes.
Le Bonniec, quien trabajó en el pasado para empresas subcontratadas por Apple, aseguró que millones de grabaciones de usuarios eran revisadas por empleados o contratistas humanos para mejorar la precisión de Siri, incluso cuando las órdenes se activaban accidentalmente sin que el usuario dijera “Hey Siri”. “La apertura de una investigación criminal envía un mensaje claro: los derechos fundamentales importan, y hay organizaciones y personas decididas a defenderlos”, declaró a Reuters.
La respuesta de Apple
Apple respondió a las acusaciones asegurando que Siri no comparte información con terceros y que los datos nunca se venden a anunciantes ni se utilizan con fines comerciales. En un comunicado remitido a Reuters, la compañía recordó que reforzó los controles de privacidad del asistente en 2019, tras una ola de críticas públicas, y que ha vuelto a actualizar las políticas este año para aumentar la transparencia sobre cómo se gestionan los datos de voz.
En una publicación de su blog corporativo de enero, Apple explicó que las grabaciones de Siri se procesan principalmente en el propio dispositivo, y que solo se envían a sus servidores fragmentos anónimos de audio cuando es necesario para mejorar el rendimiento del sistema. “Las conversaciones con Siri nunca se vinculan con la identidad del usuario ni se comparten con vendedores o anunciantes”, reiteró la empresa.
Un nuevo frente legal para las big tech
El caso se suma a la creciente presión regulatoria sobre las grandes tecnológicas en Europa, en un contexto de mayor escrutinio por parte de las autoridades comunitarias en materia de privacidad y protección de datos. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea establece obligaciones estrictas sobre el consentimiento, el almacenamiento y el tratamiento de información personal, y permite sanciones de hasta el 4 % de los ingresos anuales globales de una empresa.
Francia, a través de su autoridad de protección de datos, la CNIL, ha encabezado varias acciones contra gigantes tecnológicos por violaciones de privacidad. En 2022, Google y Meta fueron multadas con más de 200 millones de euros por el uso indebido de cookies sin consentimiento claro.
Si las acusaciones prosperan, Apple podría enfrentarse a una investigación prolongada y posibles sanciones económicas, además de un daño reputacional significativo en un momento en que la compañía intenta posicionarse como líder en privacidad y seguridad digital.
Contexto y repercusiones
Siri, lanzado en 2011, fue uno de los primeros asistentes de voz en el mercado y se integró en todo el ecosistema de Apple —iPhone, iPad, Mac, HomePod y Apple Watch—, sirviendo como puerta de entrada a funciones basadas en inteligencia artificial. Sin embargo, la creciente sensibilidad pública sobre el tratamiento de datos personales ha puesto bajo la lupa el funcionamiento de estos asistentes.
En los últimos años, las grandes tecnológicas han tenido que revisar sus programas de entrenamiento de IA tras revelarse que empleados humanos escuchaban grabaciones privadas para mejorar los algoritmos. Apple fue una de las primeras en responder suspendiendo temporalmente esa práctica en 2019.
Ahora, con esta investigación, el debate sobre la frontera entre innovación y privacidad vuelve al centro del escenario tecnológico europeo.
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