La histórica compañía estadounidense iRobot, conocida mundialmente por las aspiradoras robóticas Roomba, se ha acogido al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos y ha anunciado un acuerdo para su venta a Picea Robotics, su principal socio industrial.

El movimiento pone fin a meses de incertidumbre sobre la viabilidad financiera de la empresa, marcada por la presión competitiva, el impacto de los aranceles y el fracaso de su adquisición por Amazon.

Un proceso de quiebra para facilitar la venta

iRobot solicitó protección por bancarrota en el estado de Delaware con el objetivo de reestructurar su deuda y completar su privatización mediante la compra por parte de Picea Robotics, un fabricante con sede en China que ya producía gran parte de sus dispositivos. Según la documentación judicial, el proceso está diseñado para garantizar la continuidad operativa de la empresa mientras se ejecuta el cambio de propiedad.

La compañía aseguró que la quiebra no afectará al funcionamiento de sus productos ni a sus servicios principales. La aplicación móvil, el soporte al cliente, los programas de garantía y las relaciones con socios y proveedores seguirán operando con normalidad durante el proceso.

Presión competitiva y caída de ingresos

Aunque iRobot continúa liderando mercados clave como Estados Unidos y Japón, su posición se ha visto erosionada en los últimos años por la entrada de competidores de bajo coste, especialmente fabricantes chinos como Ecovacs Robotics. Esta presión ha obligado a la empresa a reducir precios y a incrementar la inversión en mejoras tecnológicas, lo que ha afectado negativamente a su rentabilidad.

En 2024, iRobot registró unos ingresos totales cercanos a los 682 millones de dólares. Sin embargo, los márgenes se redujeron de forma significativa, agravando una situación financiera ya debilitada tras varios ejercicios de pérdidas.

El impacto de los aranceles estadounidenses

Uno de los factores determinantes en el deterioro financiero de iRobot ha sido la política arancelaria de Estados Unidos. La empresa fabrica gran parte de sus aspiradoras destinadas al mercado estadounidense en Vietnam, país que ha sido objeto de un arancel del 46% sobre determinadas importaciones.

Según los documentos presentados ante el tribunal, estos aranceles incrementaron los costes de iRobot en unos 23 millones de dólares solo en 2025, además de dificultar la planificación a medio y largo plazo en un entorno de costes volátil.

De la frustrada compra de Amazon a la entrada de Picea

La situación actual tiene su origen en la fallida adquisición de iRobot por parte de Amazon, anunciada en 2022 por unos 1.400 millones de dólares. La operación quedó bloqueada por las autoridades de competencia europeas y finalmente fue abandonada, obligando a iRobot a refinanciarse para sostener su actividad.

En 2023, la empresa contrajo un préstamo que acabó generando una deuda de unos 190 millones de dólares. Tras los impagos, Picea Robotics adquirió esa deuda a un consorcio de fondos gestionados por Carlyle Group, situándose en una posición clave para tomar el control de la compañía.

El plan aprobado contempla que Picea asuma el 100% del capital de iRobot y cancele tanto la deuda principal como otros 74 millones de dólares asociados a acuerdos de fabricación. El resto de acreedores y proveedores, según la documentación judicial, cobrarán íntegramente.

De icono tecnológico a empresa en reestructuración

Fundada en 1990 por tres investigadores del MIT, iRobot comenzó su trayectoria en proyectos de defensa y exploración espacial antes de revolucionar el mercado doméstico con el lanzamiento de Roomba en 2002. El producto se convirtió en un éxito inmediato y consolidó a la empresa como referente en robótica de consumo.

En 2021, impulsada por la demanda durante la pandemia, iRobot alcanzó una valoración superior a los 3.500 millones de dólares. En la actualidad, su valor de mercado ronda los 140 millones, reflejo de un cambio profundo en su posición dentro del sector.

Con sede en Bedford, Massachusetts, iRobot cuenta actualmente con 274 empleados. Su futuro inmediato quedará ligado a la estrategia de Picea Robotics, en un contexto de fuerte competencia global y transformación acelerada del mercado de la robótica doméstica.