La aplicación de mensajería ha experimentado un crecimiento sin precedentes en el país, alcanzando cifras récord en descargas. Expertos señalan que la creciente desconfianza en las grandes tecnológicas y el contexto político han favorecido su adopción.

Signal, la aplicación de mensajería centrada en la privacidad, se ha posicionado como la aplicación gratuita más descargada en los Países Bajos durante los últimos meses. Según datos de plataformas de análisis como Sensor Tower y AppFigures, la app ha experimentado un crecimiento del 958 % en descargas desde diciembre, una cifra sin precedentes en comparación con otros mercados europeos.

Desde principios de enero, Signal ha escalado posiciones en las tiendas de aplicaciones, pasando del puesto 365 en iOS al número uno en febrero. En total, sus descargas han pasado de 22.000 en diciembre a más de 233.000 en febrero. Este crecimiento no tiene precedentes en otros países cercanos como Bélgica, donde las descargas aumentaron un 250 %, o Suecia, con un 153 %.

Factores detrás del crecimiento de Signal.

La repentina popularidad de Signal en los Países Bajos ha generado preguntas sobre qué ha impulsado su adopción masiva. Expertos en privacidad y tecnología apuntan a tres factores clave:

1. Mayor conciencia sobre la privacidad digital.
   El debate sobre la seguridad de los datos personales ha cobrado fuerza en los últimos meses. Signal, operada por una fundación sin ánimo de lucro, no rastrea metadatos ni comparte información con terceros, lo que la convierte en una alternativa más confiable frente a otras aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram.
2. Desconfianza en las grandes tecnológicas.
   La creciente preocupación por el dominio de empresas estadounidenses como Meta, Google y X (antes Twitter) ha llevado a muchos usuarios a buscar alternativas más seguras. Los recientes cambios en políticas de privacidad y las multas impuestas a estas compañías han reforzado la percepción de que sus plataformas no garantizan una protección adecuada de los datos personales.
3. Impacto del contexto político global.
   La reelección de Donald Trump en Estados Unidos y su cercanía con líderes tecnológicos como Elon Musk han generado preocupaciones en Europa sobre posibles cambios en la regulación del sector digital. Organizaciones de derechos digitales en los Países Bajos han advertido sobre los riesgos de dependencia de infraestructuras digitales controladas por empresas estadounidenses con agendas políticas inciertas.

Una tendencia que podría extenderse a otros mercados.

Si bien los Países Bajos han sido el epicentro del crecimiento de Signal en Europa, algunos analistas creen que este fenómeno podría replicarse en otros países de la región. La presión regulatoria sobre las grandes tecnológicas y la adopción de políticas de vigilancia digital más estrictas en países como el Reino Unido podrían impulsar aún más la migración de usuarios a plataformas más seguras.

Vincent Böhre, director de la organización de privacidad Privacy First, ha señalado que la creciente cobertura mediática sobre los riesgos de las grandes tecnológicas ha influido en la opinión pública, llevando incluso a usuarios que antes no se preocupaban por la privacidad digital a optar por Signal.

La postura firme de Signal ante regulaciones.

A diferencia de otras plataformas, Signal ha reiterado su compromiso con la privacidad incluso frente a presiones gubernamentales. En una reciente declaración, la presidenta de Signal, Meredith Whittaker, aseguró que la compañía no comprometerá su cifrado de extremo a extremo ni permitirá accesos gubernamentales a sus datos.

Whittaker también ha dejado claro que Signal no cumplirá con leyes que exijan almacenar mensajes de los usuarios, como la recientemente propuesta en Suecia. «Pedirnos que almacenemos datos socavaría toda nuestra arquitectura y nunca lo haríamos. Preferiríamos abandonar el mercado sueco por completo», afirmó.

El auge de Signal en los Países Bajos refleja una tendencia creciente: los usuarios están cada vez más preocupados por la privacidad y buscan alternativas que les brinden mayor control sobre sus datos. La pregunta ahora es si este fenómeno se mantendrá a largo plazo y si otros mercados europeos seguirán el mismo camino.