El gobierno chino prepara directrices para fomentar la adopción de la arquitectura de código abierto en la industria de semiconductores del país, en un esfuerzo por fortalecer su independencia tecnológica.

China está preparando una política nacional para impulsar el uso de chips basados en la arquitectura RISC-V, según fuentes cercanas a las discusiones gubernamentales. Esta medida representa el primer esfuerzo formal de Pekín para fomentar la adopción de esta tecnología de código abierto como una alternativa a las arquitecturas dominadas por empresas occidentales, como x86 de Intel y AMD y ARM de SoftBank.

Las directrices, que están siendo desarrolladas por ocho organismos gubernamentales, entre ellos la Administración del Ciberespacio de China y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, podrían publicarse este mismo mes, aunque la fecha final aún está sujeta a cambios.

La iniciativa se enmarca dentro de la estrategia del gobierno chino para reducir su dependencia de la tecnología estadounidense, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas con Washington.

¿Qué es RISC-V y por qué es importante?.

RISC-V es una arquitectura de procesador de código abierto que permite a los diseñadores desarrollar sus propios chips sin pagar licencias a empresas como Intel, AMD o ARM. Aunque no es tan avanzada como las arquitecturas propietarias, se ha convertido en una alternativa atractiva para China, ya que es económicamente viable, flexible y geopolíticamente neutral.

En los últimos años, empresas estatales e institutos de investigación chinos han adoptado RISC-V con entusiasmo, pero hasta ahora el gobierno no había respaldado oficialmente su desarrollo con políticas concretas. Con esta nueva regulación, China busca acelerar la adopción de RISC-V en sectores clave como dispositivos móviles, servidores y sistemas de inteligencia artificial.

La respuesta de EE.UU. y el impacto en la industria de semiconductores

La creciente apuesta de China por RISC-V ha generado preocupación en EE.UU. En 2023, Reuters informó que legisladores estadounidenses estaban presionando a la administración Biden para que restringiera la colaboración de empresas estadounidenses con esta tecnología.

Los expertos temen que China esté utilizando la naturaleza de código abierto de RISC-V para fortalecer su industria de semiconductores y evitar las sanciones tecnológicas impuestas por Washington.

A pesar de estas preocupaciones, China continúa avanzando con empresas como Alibaba (a través de su filial XuanTie) y Nuclei System Technology, que están desarrollando procesadores RISC-V comerciales para competir en el mercado global.

RISC-V y la inteligencia artificial: una combinación clave.

En un evento reciente centrado en RISC-V, ejecutivos del sector tecnológico chino destacaron que esta arquitectura podría beneficiarse del auge de la inteligencia artificial, especialmente con el crecimiento de startups como DeepSeek.

Sun Haitao, gerente de China Mobile System Integration, afirmó que los modelos de inteligencia artificial de DeepSeek pueden ejecutarse eficientemente en chips RISC-V menos potentes. Esto podría atraer a pequeñas y medianas empresas que buscan soluciones de IA a menor costo.

«Aunque una solución RISC-V con un precio de 10 millones de yuanes solo alcance aproximadamente el 30% del nivel de NVIDIA o Huawei, comprar tres equipos significa que el costo total podría ser aún menor», explicó Sun Haitao.

Este enfoque sugiere que China no solo busca reducir su dependencia de chips occidentales en dispositivos tradicionales, sino que también aspira a hacer de RISC-V una plataforma viable para la inteligencia artificial y otras aplicaciones emergentes.

¿Qué sigue para RISC-V en China?.

Con el respaldo oficial del gobierno, RISC-V podría convertirse en un pilar clave de la industria china de semiconductores en los próximos años. Si bien las restricciones de EE.UU. podrían dificultar el acceso a ciertas tecnologías avanzadas, China apuesta a que el desarrollo interno y la colaboración dentro del ecosistema RISC-V le permitirán alcanzar la autosuficiencia tecnológica.

A medida que se publiquen las directrices oficiales y se conozcan los incentivos específicos para las empresas que adopten esta arquitectura, será clave observar cómo reaccionan los gigantes de la industria y si China logra consolidar su posición en el sector de semiconductores sin depender de las tecnologías occidentales.