Movilidad eléctrica

La disputa entre China y Países Bajos por Nexperia amenaza la producción automotriz europea

La ACEA alerta de una posible interrupción grave en la fabricación de vehículos si no se restablece el suministro de chips. La nacionalización de Nexperia por parte del gobierno holandés y las restricciones chinas de exportación agravan la tensión tecnológica entre Pekín, Washington y Europa.

La industria automotriz europea podría verse golpeada por una nueva crisis de suministro de semiconductores tras la intervención del gobierno de los Países Bajos sobre Nexperia, el fabricante de chips de propiedad china, ahora en el centro de una disputa geopolítica que involucra a China, Estados Unidos y la Unión Europea.

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) advirtió este jueves que una paralización en el suministro de chips de Nexperia podría provocar la detención de líneas de producción en toda Europa, afectando a marcas como Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz, Bosch y Stellantis, entre otras.

“Estamos profundamente preocupados por una posible interrupción significativa en la fabricación de vehículos si el flujo de componentes no se restablece de inmediato”, señaló la ACEA en un comunicado. La organización añadió que varios fabricantes ya recibieron un aviso del proveedor informando que no podía garantizar la entrega de chips a causa de las restricciones impuestas.


Una disputa con raíces geopolíticas

El conflicto estalló después de que el gobierno holandés anunciara el 30 de septiembre que asumía el control de Nexperia, citando preocupaciones de seguridad nacional y transferencia de tecnología a su empresa matriz china, Wingtech.

Washington, que había añadido a Wingtech a su lista negra de exportaciones a finales de diciembre, presionó durante meses a La Haya para tomar medidas, en el marco de la estrategia estadounidense para limitar el acceso de China a tecnología avanzada. La nueva normativa de control de exportaciones de EE. UU. amplía su alcance a cualquier empresa con al menos un 50 % de propiedad de entidades sancionadas, lo que situó a Nexperia en una posición vulnerable.

En respuesta, el Ministerio de Comercio de China emitió el 4 de octubre un aviso de control de exportaciones, prohibiendo a Nexperia China y a sus subcontratistas vender determinados componentes y subconjuntos fabricados en el país, una medida que bloquea buena parte del flujo de materiales hacia Europa.

“Nos estamos involucrando activamente con las autoridades chinas para obtener una exención de las restricciones”, declaró un portavoz de Nexperia, añadiendo que la empresa “espera resolver todos los desafíos pronto en el mejor interés de todos”.


Un eslabón esencial en la cadena automotriz

Aunque los chips de Nexperia no son tecnológicamente complejos, son imprescindibles en sistemas electrónicos básicos de los vehículos, desde la gestión del motor hasta los sensores de seguridad. El fabricante produce millones de unidades en su planta principal de Hamburgo (Alemania), pero la mayor parte del ensamblaje se realiza en China.

La situación evoca los cuellos de botella de 2021, cuando la escasez mundial de semiconductores paralizó temporalmente la producción de automóviles en toda Europa. Esta vez, el problema se ve agravado por la politización del suministro tecnológico, donde la seguridad nacional y las tensiones comerciales se entrelazan con las cadenas de valor industriales.

“Sin estos chips, los proveedores europeos no pueden fabricar las piezas y componentes necesarios para abastecer a los fabricantes, lo que amenaza con paradas de producción”, alertó la ACEA.


Fabricantes en alerta, pero sin impacto inmediato

Volkswagen y BMW confirmaron que, por el momento, la producción no se ha visto afectada, aunque sus equipos están evaluando los riesgos potenciales.
Bosch, uno de los principales proveedores de componentes del sector, reconoció estar “en contacto directo con Nexperia” y monitorizando de cerca la evolución del caso.

Mercedes-Benz y Stellantis expresaron una postura similar, trabajando con sus proveedores para identificar posibles alternativas y planes de contingencia en caso de una interrupción prolongada.

“Estamos colaborando con Nexperia y otros socios para desarrollar medidas de mitigación”, explicó un portavoz de Stellantis.


China responde con firmeza

El Ministerio de Comercio chino denunció la decisión del gobierno holandés como una “interferencia injustificada en los asuntos internos de las empresas” y advirtió que Pekín “tomará las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses de las compañías chinas”.

El enfrentamiento se produce en un contexto de creciente guerra tecnológica entre China y Estados Unidos, donde Europa se encuentra cada vez más presionada a alinear su política industrial con los intereses occidentales, a riesgo de sufrir daños colaterales en sectores clave como el automotriz.


Un nuevo frente en la guerra de los chips

La disputa sobre Nexperia reaviva el debate sobre la dependencia europea de los componentes electrónicos fabricados en Asia, un tema que la Comisión Europea lleva años intentando abordar con su iniciativa “Chips Act”, destinada a aumentar la producción de semiconductores en territorio europeo.

Sin embargo, los expertos advierten que cualquier alteración prolongada del suministro podría afectar gravemente a la competitividad del sector automotor europeo, justo cuando enfrenta aranceles, competencia china en vehículos eléctricos y una demanda interna debilitada.

“Europa se ha convertido en terreno de juego de una rivalidad tecnológica global”, afirmó un analista de mercado de ING Research. “Si Nexperia cae en medio de este fuego cruzado, las fábricas europeas podrían ser las primeras en sentir el impacto.”


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