
La medida, en respuesta a los nuevos controles chinos sobre tierras raras, podría alterar el comercio global de tecnología. El gobierno de Trump sopesa una acción sin precedentes que afectaría desde portátiles hasta motores de avión.
La administración Trump está considerando limitar las exportaciones a China de cualquier producto fabricado o diseñado con software estadounidense, desde ordenadores portátiles hasta equipos industriales, en una escalada directa de las tensiones comerciales entre ambas potencias, según fuentes oficiales citadas por Reuters.
El plan, aún en fase de estudio, busca responder a las recientes restricciones de Pekín sobre la exportación de tierras raras, minerales críticos para la industria tecnológica. De implementarse, supondría una ampliación drástica de los controles de exportación de EE. UU., similar a los impuestos a Rusia tras la invasión de Ucrania.
“Estados Unidos está buscando puntos de presión, y el software es una de sus mayores fortalezas”, señaló Emily Kilcrease, exfuncionaria comercial y analista del Center for a New American Security. “Pero sería extremadamente difícil de aplicar y tendría un impacto negativo en la propia industria estadounidense”, advirtió.
Una medida de gran alcance y difícil ejecución
Según las fuentes, la propuesta abarcaría cualquier producto global que contenga o haya sido desarrollado con software de EE. UU., lo que afectaría potencialmente a millones de exportaciones tecnológicas a China.
Aunque la medida podría anunciarse como advertencia diplomática, no está claro si la administración planea implementarla en su totalidad. Dos fuentes señalaron que también se están discutiendo versiones más limitadas o selectivas.
Un funcionario estadounidense explicó que “todo lo imaginable está hecho con software estadounidense”, lo que evidencia el enorme alcance potencial del control.
Los índices bursátiles estadounidenses reaccionaron brevemente a la noticia, con el S&P 500 cayendo un 0,8 % y el Nasdaq un 1,3 %, antes de moderar las pérdidas.
Reacción de China y contexto diplomático
La embajada china en Washington expresó su rechazo a las medidas unilaterales de EE. UU. y advirtió que “China tomará medidas firmes para defender sus derechos e intereses legítimos” si Washington avanza por lo que considera un camino erróneo.
El posible anuncio llega apenas tres semanas antes del encuentro entre Donald Trump y el presidente Xi Jinping en Corea del Sur, y un día después de que China ampliara sus controles de exportación sobre elementos de tierras raras, esenciales para la fabricación de semiconductores y baterías.
Trump ya había amenazado el 10 de octubre con tarifas adicionales del 100 % a las exportaciones chinas hacia EE. UU. y con imponer restricciones a “todo software crítico” antes del 1 de noviembre.
Tensiones comerciales en aumento
La administración estadounidense ha alternado en los últimos meses entre restricciones severas y levantamientos parciales sobre exportaciones tecnológicas hacia China.
En mayo, Washington limitó el envío de software de diseño de chips y materiales de alta tecnología, pero levantó algunas de esas medidas en julio.
China, por su parte, ha endurecido sus normas de exportación y controla la mayoría del suministro mundial de tierras raras, un recurso estratégico que ha convertido en instrumento de presión en la disputa comercial.
Actualmente, las importaciones chinas enfrentan aranceles medios del 55 %, que podrían subir al 155 % si Trump cumple su amenaza. Pese a ello, el presidente escribió días después en su red Truth Social:
“¡EE. UU. quiere ayudar a China, no dañarla!”.
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