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El carsharing como parte de la nueva movilidad urbana. Un vistazo al interior de Guppy.

El tema de la movilidad ha dado un vuelco radical en los últimos 20 años. La facilidad de acceso y el abaratamiento de los vuelos ha derribado fronteras y ha acercado destinos antes inalcanzables para una gran parte de la población mundial. Por otro lado el poder adquisitivo de la clase media ha hecho una realidad la adquisición de los coches en propiedad. Pero la democratización de la movilidad y el enorme exceso de desplazamientos urbanos e interurbanos nos ha dejado en una situación ecológicamente insostenible de cara al futuro. Hace tiempo que ya vivimos una situación crucial para el planeta. Nuestros hábitos han creado y potenciado un problema de polución a escala mundial, urge que adoptemos nuevas políticas ambientales y que cambiemos nuestra forma de movernos.

Parte de esa filosofía de vida es la que ya impregna a muchos emprendedores que están creando nuevas empresas que luchan por ser rentables y sostenibles a partes iguales. Una de ellas es Guppy, una startup de carsharing que quiere hacer de la movilidad sostenible el eje central de los desplazamientos urbanos.

Ecología desde las raíces

Uno de los puntos clave de Guppy es su filosofía vertical sobre la energía. Parten una base de cargadores que se alimenta con energía solar. Desde ahí recargan su flota de vehículos de una forma responsable con el medio ambiente. Esto genera un doble beneficio; por un lado el impacto sobre la red eléctrica general es prácticamente nulo, y por otro el autoabastecimiento les libera de agentes externos en el proceso de carga, lo que permite maximizar los beneficios. Para ello han tenido que crear su propio ecosistema interno, que pueda abastecer toda su red de coches.

Esto va muy alineado con una política ambiental de 0 emisiones que además les de la libertad suficiente de no depender de otras empresas de abastecimiento eléctrico. Un planteamiento a futuro que les dará total independencia en el proceso de carga de sus vehículos aunque la situación del mercado eléctrico fluctúe.

Por otro lado la movilidad de los coches Guppy esta controlada de forma integral. Los coches están estratégicamente ubicados en distintos puntos de la ciudad para que podamos localizar uno en las áreas más pobladas, en centros comerciales, aeropuertos, etc. De esta forma el acceso a un vehículo esta casi garantizado desde cualquier parte de la ciudad con un pequeño desplazamiento por nuestra parte. A eso hay que sumarle las plazas exclusivas que tienen los coches de Guppy para estacionar por las ciudades. Ahí reside otro de los puntos fuertes de la empresa, la facilidad para coger y dejar un vehículo en alquiler. Por último el personal responsable de los coches se encarga luego de volver a llevar los vehículos a sus puntos de recogida estratégicos.

Cuando el tiempo se convierte en tu aliado

Uno de los principales problemas de coger un taxi suele ser el elevado coste de las carreras. Las grandes ciudades conllevan desplazamientos muy lentos en ciertos tramos y horas del día. Esto se puede suplir usando el transporte urbano, pero entonces lo que sacrificamos es el tiempo, ya que es un medio de transporte con muchas paradas e interrupciones que nos limita en muchos sentidos. Desde Guppy han tomado la decisión de enfocar los costes de los desplazamientos según la distancia y no por el tiempo que nos lleve llegar al punto de destino.

La facturación va por kilometraje, independientemente del tiempo que nos lleve llegar. Eso elimina el stress que generan los atascos y también nos permite crear nuestra propia ruta por la ciudad para llegar en el menor tiempo posible. Los beneficios del bajo coste del transporte urbano, sumados al de la flexibilidad y versatilidad de los taxis.

Control total desde la App

Como toda buena empresa del siglo 21, Guppy tiene su propia App para gestionar todos los aspectos del carsharing. Con un registro poco invasivo (en lo que a privacidad y permisos se refiere) y en pocos pasos, tendremos acceso total a una gran flota de vehículos eléctricos a demanda. Desde ahí podremos localizar los vehículos que hay diseminados por la ciudad. Una vez estemos junto a uno la App nos permitirá desbloquear un vehículo y abrirlo en remoto. Podremos acceder a toda la información del mismo y ver en qué estado está. Desde Guppy recomiendan comprobar el estado del exterior e interior del coche antes de empezar un trayecto, esto nos liberará de posibles reclamaciones sobre su estado si vemos que tiene algún desperfecto. Una vez que hayamos acabado el trayecto la aplicación nos permite cerrar el coche y pagar a través de nuestra cuenta.

Conclusiones

Si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones nuestros desplazamientos dentro de la ciudad se limitan a distancias relativamente cortas, donde las conexiones de transporte público no optimizan bien nuestro tiempo, y los servicios de taxi o VTC suponen un gran coste, la opción de poder disponer de un coche en alquiler compartido se antoja muy prometedora. Hay muchos escenarios en los que disponer de un Guppy es la mejor opción. En cualquier caso no deja de ser una gran alternativa a lo que ya tenemos disponible y donde los usuarios pueden elegir nuevas formas de moverse por la ciudad.

Quizás el mayor handicap es que el área geográfica en donde opera Guppy aun es limitada. Pero es cuestión de tiempo que se vaya expandiendo, una vez que consoliden su presencia en los territorios en los que ya operan. Tanto a nivel particular, como para empresas que quieren dotar a su plantilla de vehículos para desplazamientos cortos, el uso de el coche compartido es una realidad que vamos a ver crecer con el paso del tiempo.

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