Gina Raimondo, secretaria de Comercio de EE.UU., restó importancia a la sofisticación del nuevo chip de Huawei, afirmando que los esfuerzos de restricción están funcionando.

En una reciente entrevista con «60 Minutes» de CBS News, Gina Raimondo, la secretaria de Comercio de Estados Unidos, ha desestimado la importancia del nuevo chip utilizado en el teléfono Huawei Mate 60 Pro, declarando que no representa una amenaza tecnológica significativa y que está «años por detrás» de la tecnología estadounidense. Esta declaración se produce en un momento en que Huawei continúa enfrentando fuertes restricciones comerciales impuestas por EE.UU. desde 2019, diseñadas para limitar la capacidad de la empresa china para acceder a tecnología semiconductor avanzada.

Huawei lanzó su Mate 60 Pro en agosto, en un momento crítico, durante la visita de Raimondo a China, lo que fue visto por muchos como un desafío directo a las políticas estadounidenses. Sin embargo, Raimondo asegura que los controles de exportación de EE.UU. están teniendo el efecto deseado, limitando el desarrollo tecnológico de Huawei a capacidades que no rivalizan con las de los semiconductores estadounidenses.

El Mate 60 Pro, que incorpora el chip más avanzado producido por China hasta la fecha, ha sido objeto de escrutinio y preocupación por parte de la administración Biden, preocupada por la posibilidad de que estos avances puedan utilizarse para fines militares o de espionaje. A pesar de las restricciones, Huawei ha logrado mantener cierta capacidad de producción gracias a licencias concedidas a proveedores estadounidenses como Intel, que han permitido ciertas transacciones comerciales bajo estrictas condiciones.

Durante la entrevista, Raimondo también abordó la responsabilidad de las grandes empresas tecnológicas, afirmando su compromiso de hacer cumplir rigurosamente las restricciones comerciales, incluso cuando estas decisiones son impopulares entre las corporaciones afectadas.

La postura de Raimondo refleja una continuidad en la política de EE.UU. de utilizar restricciones comerciales como medio para contener el avance tecnológico de China en áreas consideradas críticas para la seguridad nacional. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando de cerca las tensiones tecnológicas entre EE.UU. y China, que no solo afectan a las empresas involucradas, sino también a la configuración geopolítica global.