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La startup de vehículos eléctricos Fisker se declara en bancarrota

Créditos: TecnoAp21

Fisker Group Inc., la startup de vehículos eléctricos fundada por el famoso diseñador Henrik Fisker, se ha declarado en bancarrota bajo el Capítulo 11, tras meses de problemas con su SUV Ocean.

Fisker Group Inc., la startup de vehículos eléctricos (EV) fundada por el renombrado diseñador Henrik Fisker, se ha declarado en bancarrota bajo el Capítulo 11, culminando meses de problemas con su SUV Ocean que incluyeron retiradas del mercado y decenas de demandas bajo la ley del limón.

La empresa, con sede en California, presentó la solicitud de bancarrota en el Tribunal de Distrito de Delaware. Había estado buscando un acuerdo con otro fabricante de automóviles en un último esfuerzo por rescatar la empresa. Según la presentación, la compañía estimó activos de entre 500 millones y 1,000 millones de dólares y pasivos de entre 100 millones y 500 millones de dólares.

Fisker informó tener entre 200 y 999 acreedores, incluidos SAP, Adobe, Salesforce y Ansys, según el documento judicial presentado el lunes por la noche. La solicitud llega justo un año después de que Fisker entregara su vehículo totalmente eléctrico, el SUV Ocean, a los clientes.

El muy publicitado EV tuvo problemas desde el principio, con clientes reportando una serie de problemas de software y mecánicos poco después de la entrega. Internamente, la empresa luchó por establecer un servicio al cliente y esfuerzos de mantenimiento adecuados, e incluso tuvo problemas para controlar sus finanzas, según informes anteriores de TechCrunch.

Fisker, que utilizó al fabricante de contratos Magna, terminó entregando solo unos pocos miles de vehículos en todo el mundo. El plan cuando salió a bolsa en 2020 mediante una fusión con una empresa de adquisición de propósito especial (SPAC) era aprovechar las habilidades de construcción de vehículos de Magna para crear una relación similar a la de Apple y Foxconn, según Henrik Fisker. La startup de vehículos eléctricos incluso se comprometió con Foxconn en planes para construir un EV compacto más barato, pero ese acuerdo finalmente se desmoronó.

Fisker intentó preservar efectivo en los últimos meses a través de varias rondas de despidos y otras medidas de reducción de costos. También cambió su modelo de negocio. A principios de este año, Fisker dejó de vender directamente a los clientes, un sistema popularizado por Tesla, e intentó asociarse con concesionarios establecidos. En última instancia, los esfuerzos no fueron suficientes para salvar a la empresa de la bancarrota.

Esta es la segunda empresa de vehículos que Henrik Fisker nombra en su honor y que termina en bancarrota. Su primer esfuerzo, Fisker Automotive, comenzó en 2007 y se declaró en bancarrota en 2013. Esa empresa de manera similar llevó su vehículo, un automóvil deportivo híbrido eléctrico, a la producción antes de enfrentar problemas de calidad y otros factores externos que resultaron fatales. Los activos de Fisker Automotive fueron comprados de la bancarrota por lo que se convertiría en la actual startup de vehículos eléctricos Karma.

Con esta declaración de bancarrota, se cierra otro capítulo en la ambiciosa pero turbulenta carrera de Henrik Fisker en la industria de los vehículos eléctricos.


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