El movimiento Tesla Takedown se fortalece en todo Estados Unidos con protestas cada fin de semana en salas de exhibición y estaciones de carga de Tesla. La situación ha atraído la atención de las autoridades, mientras la marca enfrenta un daño significativo a su imagen pública.

El movimiento Tesla Takedown se ha convertido en un fenómeno nacional con manifestaciones regulares que se llevan a cabo en salas de exposición y estaciones de carga de Tesla cada fin de semana. La creciente magnitud de estas protestas ha provocado respuestas contundentes tanto del presidente Donald Trump como de la fiscal general Pam Bondi, quienes advirtieron que cualquier acto de violencia contra las propiedades de Tesla sería tratado como terrorismo doméstico.

Aunque técnicamente no existe una ley federal específica sobre terrorismo doméstico, las declaraciones de Trump y Bondi reflejan la preocupación de las autoridades por el potencial escalamiento de las manifestaciones.

Tesla pierde su brillo y se enfrenta a críticas cada vez más severas.

Las protestas coinciden con una notable disminución en el rendimiento de Tesla como empresa. Las acciones de Tesla han caído considerablemente y los registros de automóviles nuevos se han desplomado, lo que sugiere que la percepción pública de la marca está cambiando. Para muchos, poseer un vehículo Tesla ha pasado de ser un símbolo de estatus a convertirse en un asunto políticamente controvertido.

Los creadores de contenido en YouTube y otros medios digitales están contribuyendo a este cambio al señalar problemas serios en la compañía. Críticos populares afirman que vehículos como el Cybertruck no cumplen con las expectativas y que Tesla ha hecho promesas exageradas sobre sus capacidades de conducción autónoma. Además, las constantes demoras en las fechas de envío no ayudan a mejorar la percepción pública de la marca.

El mito de Tesla frente a la realidad.

Ed Niedermeyer, autor de «Ludicrous: The Unvarnished Story of Tesla Motors» y presentador del pódcast Autonocast, se ha convertido en una de las voces más prominentes del movimiento de protesta. Niedermeyer, que reside en Portland, Oregón, también utiliza su presencia en Bluesky para organizar manifestaciones y promover el movimiento Tesla Takedown.

Durante una reciente entrevista, Niedermeyer explicó que la desconexión entre el «mito» de Tesla como un fabricante revolucionario y la realidad de sus problemas tecnológicos y comerciales se está volviendo más evidente. A medida que esta discrepancia se hace más notoria, el movimiento de protesta sigue creciendo y parece estar lejos de detenerse.

Un problema que podría romper a Tesla.

La situación de Tesla es complicada. El precio de sus acciones ha dependido en gran medida del entusiasmo y la publicidad positiva en torno a la compañía. Sin embargo, con la caída del interés público y el aumento de las críticas, la viabilidad a largo plazo de la marca se ve amenazada.

El creciente movimiento de protesta y la pérdida de confianza en Tesla plantean un desafío sin precedentes para la empresa. Mientras que Elon Musk y su equipo buscan solucionar los problemas técnicos y de producción, la batalla por restaurar la confianza de sus clientes y proteger su imagen pública podría ser su mayor desafío hasta ahora.

¿Puede Tesla recuperar su reputación?.

La pregunta clave que surge de esta crisis es si Tesla podrá recuperarse del impacto negativo que está sufriendo. La combinación de protestas constantes, problemas técnicos en sus productos y un sentimiento generalizado de insatisfacción podría redefinir la percepción de la compañía en el futuro.

Tesla se enfrenta a un punto de inflexión crucial: o toma medidas rápidas y efectivas para abordar estos problemas, o corre el riesgo de ver cómo su reputación sigue deteriorándose en medio de un escenario cada vez más hostil.