
Hoy en Diario en Movimiento te propongo un viaje a un tiempo en el que no existían hashtags, ni likes, ni hilos de Twitter, pero la conversación social estaba más viva que nunca. Porque sí, antes de internet también teníamos nuestras propias “redes sociales”: eran analógicas, más lentas, pero igual de intensas.
Hoy recordamos cómo compartíamos nuestras pasiones, dudas y opiniones en los años 80 y 90, cuando el boca a boca era rey y la comunidad se construía cara a cara, o con papel y boli.
Revistas, cartas y consultorios
Si tenías una duda sobre amor, amistad o series de televisión, lo más probable es que acabaras escribiendo una carta a una revista. Títulos como Super Pop, Bravo o Teleindiscreta publicaban consultorios donde respondían a los lectores, a menudo con nombres ficticios como “Corazón solitario” o “Fan total de Madonna”. Era lento, sí, pero la ilusión de ver tu carta publicada era inmensa.
Además, las revistas creaban comunidad: incluían pósters, test, encuestas y rankings que los lectores comentaban después en el colegio o en el parque.
Chats telefónicos y programas de radio
A falta de foros digitales, los chats telefónicos fueron el primer “contacto en red” para muchos adolescentes. Marcar un número 905 y hablar con desconocidos durante unos minutos era emocionante, arriesgado… y carísimo. Pero para muchos, era una vía para sentirse escuchado o compartir emociones.
También estaban los programas de radio nocturnos, como En tu casa o en la mía o Hablar por hablar, donde los oyentes llamaban en directo para contar sus historias. La comunidad se creaba a través del aire, y cada noche era una especie de red social improvisada.
Cultura compartida en tiempo real… pero en persona
El boca a boca era una herramienta poderosísima. Si un programa de televisión impactaba, lo comentábamos al día siguiente en clase, en el trabajo, en el bar. Si una canción nueva sonaba en la radio, corrías a grabarla en cassette. Las películas se discutían en la cola del videoclub o en las sobremesas familiares. Las quedadas en grupo, los fanzines, los clubes de fans por correo… todo eso era comunidad antes de que existiera internet.
Un tipo de conexión más lenta… pero más cercana
Puede que hoy tengamos millones de seguidores o cientos de notificaciones, pero pocas veces sentimos la conexión real de mirar a alguien a los ojos mientras comentamos el final de un capítulo, o de esperar durante días la respuesta a una carta que mandamos por correo.
No todo era mejor, pero sí era distinto. Y vale la pena recordarlo.
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