La compañía estrena un procesador propio para sistemas avanzados de conducción y entra de lleno en la carrera por la autonomía. El nuevo paquete Autonomy+ llega con un precio muy inferior al de Tesla, buscando ampliar la adopción entre sus clientes.
La compañía afronta un retroceso en Europa, China y Estados Unidos, en un contexto de competencia creciente y una gama de modelos que muchos consideran estancada.
El mercado sudamericano de vehículos eléctricos vive su expansión más sólida hasta la fecha, impulsado casi en exclusiva por fabricantes chinos y marcas tradicionales, mientras Tesla sigue sin operar formalmente en gran parte del continente.
Tesla está explorando incorporar Apple CarPlay en sus vehículos eléctricos, según adelantó Bloomberg News. De confirmarse, la decisión supondría un cambio profundo en la filosofía de la empresa, que históricamente ha evitado integrar plataformas de terceros para mantener un control total sobre la experiencia digital a bordo.
El consejo directivo advierte que el futuro de la compañía podría estar en juego si el CEO abandona su puesto. El paquete, valorado en hasta 878 mil millones de dólares, reabre el debate sobre los límites del poder corporativo en Silicon Valley.
La presidenta Robyn Denholm insta a los accionistas a apoyar el paquete de compensación para retener a Musk al frente de Tesla. El plan, basado en rendimiento, incluye metas ligadas a la conducción autónoma y a una valoración de 8,5 billones de dólares.
La compañía no planea nuevos vehículos para humanos y centra su estrategia en la conducción autónoma y los robots. Los analistas advierten que depender del Model 3 y del Model Y podría frenar su crecimiento en un mercado cada vez más competitivo.
Markus Villig advierte que Europa corre el riesgo de repetir el error del coche eléctrico y perder el liderazgo en una tecnología clave de la próxima década. El fundador de Bolt pide a Bruselas que considere la conducción autónoma como una prioridad estratégica para la soberanía digital europea.
La filial de Alphabet planea lanzar su primer robotaxi fuera de Estados Unidos, en colaboración con la empresa británica Moove. El proyecto marca un paso clave en la expansión internacional de los vehículos sin conductor.
Las nuevas versiones de los vehículos eléctricos más populares de Tesla parten de 36.990 y 39.990 dólares, pero muchos las consideran demasiado caras para el mercado masivo. El movimiento busca impulsar las ventas tras la pérdida del crédito fiscal estadounidense y la creciente competencia de China y Europa.
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